viernes, 7 de diciembre de 2018

Durangaldea espacio propio

Una vez más la comarca del Duranguesado se merece un lugar estelar dentro de la Euskal Denda y es que son seis, ni más ni menos, los artesanos de la comarca los que asisten a este encuentro. Todos ellos repiten, y esperan que sus nuevas colecciones calen hondo entre el público.

 Se trata de Anitha Mol, de Elorrio, que este año ha dado una vuelta de tuerca a su producción, pasando del papel como materia prima a las hojas de árboles y las alas de mariposa. Impresionante su trabajo.





 Rosa Etxabe no quiere perderse "por nada del mundo" la cita de Durango, la única por la que abandona su estudio en la villa, para mostrar sus magníficas piezas de cerámica. Un placer departir con ella y aprender de su andadura. En la Euskal Denda vuelve a sorprender con la magia de sus trabajos.





El taller de restauración Restaurarte, ganador del mejor stand en 2010, sigue apostando por enseñar su trabajo en Durango. No fallan y, en este encuentro con el visitante, refuerza su visión de recuperar aquellas piezas que antaño tuvieron una función, y que tras pasar por su taller vuelven a estar en plena forma.


 El joyero Eneko Unzalu, también de Durango, presenta su nueva colección en la Euskal denda. En ella refuerza su compromiso con la naturaleza, con la montaña y con el mar. Pero además incluye un nuevo elemento en sus piezas, la música. Soprendente los resultados obtenidos.



El berriztarra Felix Larrañaga, tallador de madera repite por segundo año consecutivo. En la representación de su taller le podremos ver, además, trabajando de forma magistral en unas piezas tan atemporales como la vida misma.
 La joven elorriarra que firma con el nombre Gorakat, también repite por segundo año consecutivo. Bolsos y mochilas contemporáneas que lo mismo sirven para el día a día, que para el trabajo o para acudir a una fiesta. Lo suyo es originalidad llevado a su máximo exponente.

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